martes, 21 de julio de 2015

CAMBIO DE RUMBO




Blanca despertó con el ruido de la puerta al cerrarse.
Se desperezó y, aun somnolienta, percibió el aroma a espliego que inundaba la casa.

Cada día dormía más y más profundamente y le costaba levantarse de la cama.

Buscó la bata pero no la encontró. Las zapatillas tampoco estaban sobre la alfombra.

«Estos diablillos deben pasarse la noche cambiando las cosas de sitio» pensaba mientras revolvía en los cajones.
Una larga hora tardó en poner cada cosa en su lugar. Después limpió, hizo las camas, lavó los monos de trabajo de la mina, cocinó...Para concluir puso la mesa y se sentó a descansar esperando a que regresaran.
Ellos vienen ya de camino. No cantan, como hacían antes de acogerla en su hogar, sino que van recogiendo tila, melisa, pasiflora  y valeriana con las que hacer la infusión nocturna para Blanca. También buscan bálsamo de limón para perfumar su almohada mientras discuten quien de los siete se tenderá esta noche acurrucado a su espalda.
Mientras, Blanca, rendida, se ha quedado dormida y no oye que la aldaba suena cuando llama a su puerta la vendedora de manzanas.
Ella no lo sabe pero su cansancio cambió el final del cuento para siempre. 


2 comentarios:

  1. !Que bueno! Me gusta , no te relajes tanto que leerte es un gran placer

    Un beso

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  2. Gracias Mª José. Yo también estoy deseando leer nuevos relatos tuyos. Un abrazo

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