…Todo comenzó
hace casi tres décadas. ELLA llegó a clase a medio curso, era “la nueva”, una
niña corriente, de piel cetrina y a la que apenas se la entendían unas pocas
frases con un fuerte acento árabe.
ÉL era un
niño tímido, el más tímido de la clase y en cuanto la vio quedó cautivado por
sus manos, esas manos que eran capaces de expresar lo que su idioma le impedía.
ÉL se sentaba
a su lado, la acompañaba en el recreo y a su casa, hacía cualquier cosa para
ayudarla, pero también para estar con Ella.
ELLA al
principio le rehuía pero poco a poco fueron inseparables.
Crecieron y
ELLA se convirtió en una hermosa muchacha, de ojos negros almendrados, de pelo azabache y una suave piel
de color tostado.
ÉL cada vez
más tímido, no sabía cómo expresarle su amor, la creía inalcanzable y fueron
las manos de ELLA las que lo hicieron y ÉL supo que ya nada podría separarlos…
…Ahora, ELLA
ha cogido un puñado de tierra de su país entre sus manos.
Su País, al
que ambos regresaron; ELLA por añoranza; ÉL porque le parecía que fuese el suyo de tanto
quererla a ELLA.
Querían tener
hijos, educarlos allí, pero… ELLA aprieta esa tierra entre sus manos, la acerca
a su pecho, la besa y la arroja a la tumba donde para siempre reposará su
amado.
Marzo, 2014
Fotografía de J. Luis Juárez
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