lunes, 9 de febrero de 2015

ECOS


 


Los niños decidieron ver con sus propios ojos eso que los padres hablaban en voz baja o callaban cuando ellos aparecían.
Al salir de la escuela se dirigieron al río, allí, entre saúcos, chopos negros, majuelos, mimbreras…se tendieron en el suelo.
Sus corazones golpeaban con fuerza en sus oídos mezclándose con el rumor del agua. Pronto escucharon el runrún renqueante de una vieja camioneta.
El sonido cesó en medio del puente y unos jóvenes saltaron atropelladamente del camión, mientras que otros les obligaban, empujándoles con un palo, a subirse a las piedras que formaban la baranda.
De pronto, de aquel palo salió un sonido seco y otro y otro… y aquellos seis muchachos, uno tras otro, fueron cayendo al río…
Hoy, muchos años después, mi padre despierta oyendo los tiros y los gritos, casi mudos, de los hermanos de sus amigos cayendo desde aquel puente. 
Sucedió en Tariego de Cerrato, en el puente sobre el rio Pisuerga cualquier día después del 18 de julio de 1936.


Marzo 2014
Ilustración: La familia bien, gracias.

 

2 comentarios:

  1. Has conseguido describir con las palabras justas esta historia compartida en la memoria de nuestros padres.
    Y la ilustración es perfecta.
    Enhorabuena, prima.

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  2. Gracias Marisa. Es mi primer relato. Me salió del alma y a la vez fue como si le vomitara. Es el que menos he corregido.

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