Rosario despierta perezosa de su siesta. Desde su butaca
contempla sin demasiado interés el deambular de la gente frente a su ventana.
Una canción ronda por su cabeza y sin ser percatarse de
lo que hace comienza a cantar: Yo soy
aquel negrito del África tropical que cultivando cantaba…, mientras saborea
mentalmente un buen tazón de Cola cao como los que le preparaba su madre.
Sonrió recordando los anuncios que escuchaba en la radio
que siempre permanecía encendida en su
casa. Se vio sentada en la mesa de la cocina, acabando los deberes de la escuela
mientras su madre preparaba la cena, esperando con ilusión que comenzara Matilde, Perico y Periquín, la historia de
una familia española que vivía aparentando lo que no tenía –como casi todos-, disfrutando con las travesuras del niño que
siempre acababan con su padre diciendo amenazadoramente Periquín, guapo, ven aquí..
La somnolencia la invadió de nuevo, se resistió, su mente
seguía escuchando la radio y esta vez su sonrisa estalló en una sonora carcajada,
tan alta que ella misma se sobresaltó al oírla. Recordó el día en el que en El Consultorio
de Elena Francis se dio paso, por primera vez, a la consulta telefónica de
una oyente. Dijo llamarse Manoli, estar enamorada de un vecino y que no sabía
qué hacer para declararle su amor. La Sra. Francis la aconsejó que llegara
hasta él conversando sobre otros temas, como por ejemplo su profesión, a lo que
Manoli respondió: - Soy… sargento de la
legión, ese es el problema, he nacido hombre pero soy mucha mujer.
Se preparó tal lio en el plató que hubieron de advertirle
que las líneas estaban abiertas y doña Elena balbuceando pidió perdón a los
oyentes por la “indeseable interferencia” que se había producido.
Durante días no se habló de otra cosa en el vecindario,
entre carcajadas y alguna lágrima producida por las risas de la dichosa
interferencia…
Vino también a su memoria Ama Rosa y Simplemente María que
le hicieron llorar algún que otro día por las desgracias y desventuras que protagonizaban
sus personajes… y también el programa Discos
dedicados que ponían de moda canciones infinitamente repetidas después tras
las ventanas…
Qué maravilla escuchar aquello de La sociedad española de radiodifusión presenta…, pensaba mientras
dormitaba de nuevo…
Unos leves golpes en la puerta la sacaron de sus
recuerdos, una joven se acercó a ella sonriendo,
- Hola
abuela, ¿Cómo estás? - le dijo.
Rosario con la mirada
perdida preguntó
-
Y tú
¿Quién eres?
Junio,
2014
Imágenes: Google
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