sábado, 28 de febrero de 2015

LA SHARIA


Aline ha acabado las clases en la universidad de Zayed, en Dubái. Desde el pórtico mira con ansiedad hacia el final del aparcamiento. Allí está, como todos los días Makari junto a su inseparable Yamaha Chopper.

Con el corazón y el paso acelerado se dirige junto a ella que la espera embutida en un traje de cuero de motorista. El casco, colgado del brazo, permite ver su negro cabello  cortado a lo garçon, que junto con su cara, sin un ápice de maquillaje, hacen que pase desapercibida. En sus labios, una amplia sonrisa.

La recibe con un suave beso que apenas roza su mejilla, y sin embargo Aline se sonroja. Suben en la moto y se dirigen a las afueras de la ciudad, al barrio residencial en el que vive Makari desde que dejó Beirut. Aline se aprieta fuertemente a su espalda. Reside en una casa grande, con mucha luz y un amplio jardín privado, que le permite dedicarse con comodidad a lo que más le gusta, pintar, y que es su profesión.

Cuando desmontan Aline apoya la cabeza en el hombro de su amiga, enlazadas por la cintura y besándose entran en la casa.

Con delicadeza Makari le quita el velo y le ayuda a desprenderse de la abaya. Debajo del impecable traje de Armani lleva un sensual conjunto de lencería fina.

Aline se deja hacer. Makari recorre todo su cuerpo con sus labios, con la misma suavidad con la que sus pinceles acarician el lienzo. Sus manos se palpan, se acarician, se calman… y encienden con cada movimiento sollozos, gemidos… Makari es el mar, Aline el acantilado, fundidas en el placer todo lo olvidan.

Es el mismo y esperado rito de todos los días, comparten momentos de intimidad con otros de éxtasis, se aman y solo aquí pueden expresar su amor…En Dubái ser homosexual es un delito grave, por eso se esconden, por eso con nadie lo comparten.

La pasión aún ocupa todo el cuerpo de Aline y un escalofrío voluptuoso recorre su espalda. En su mirada se adivinan retazos de niebla, mira su reloj, es hora de irse ya a su casa.

Hoy tampoco ha podido decirle que no puede irse con ella al Líbano,  uno de los pocos reductos de libertad para la mujer árabe; que se le han acabado las excusas; que ya no ha podido aplazarlo más; que sus padres han concertado su boda al acabar el curso en la Universidad…

…Mañana, quizá mañana.
Febrero 2015

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